en 1995 ya había escrito cuatro guiones para largometraje que, lamentablemente, no se materializaron. La historia que ansiaba contar requería una superproducción, así que decidí trasladarla al formato literario. El primer borrador me descubrió como poco más que un analfabeto funcional en este nuevo medio, y adaptarse costó, pero en 2011, dieciséis años después, se publicó mi primera novela, Vertical, en Ediciones del Viento. La travesía literaria continuó con El doble y otros relatos y El sol negro, una novela supervisada por dos profesionales y autopublicada. Esta obra fue la siguiente después de mis guiones iniciales, mi verdadera primera novela. Y la última es Máquinas, donde he procurado que un humanoide nos haga ver a todos que el verdadero paraíso no está en dimensiones sobrenaturales, que está aquí, que es nuestra maravillosas y compleja realidad.